NEGRO DESTINO

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PENSANDO COMO SE CONTAMINA NUESTRA NATURALEZA
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sábado, 22 de enero de 2011

 EL CUIDADO DE NUESTRO MEDIO AMBIENTE
Proteger el planeta para las generaciones futuras no significa renunciar a nuestras vidas o abandonar las actividades diarias. Al adoptar hábitos sencillos y de sentido común, cada uno de nosotros puede ahorrar energía, disminuir la contaminación que afecta la temperatura de la Tierra, y conservar nuestros recursos naturales limitados.
Desde 1970, personas en todo el mundo han unido esfuerzos en el Día de la Tierra para cuidar el medio ambiente y construir un mañana más saludable para ellos y sus familias.
Nuestra participación es muy importante y debemos tomar medidas. Iluminar nuestras casas y conducir nuestros autos emite gases al aire que hacen que la Tierra se convierta en un gran invernadero y aumenten las temperaturas.
Este calentamiento provoca cambios profundos y perturbadores en el planeta. Si no tomamos acciones para abatirlo, nuestros hijos y las siguientes generaciones tendrán que vivir en un lugar muy diferente al que conocemos. 
El reto es muy grande y puede parecer abrumador. Pero cuando muchas personas hacen pequeños esfuerzos, estos se suman para generar un cambio positivo a gran escala. Lo principal es empezar por elegir productos y servicios sustentables.



PROVERBIOS


 1 Los proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.
 2 Para entender sabiduría y doctrina, Para conocer razones         prudentes,
 3 Para recibir el consejo de prudencia, Justicia, juicio y equidad;
 4 Para dar sagacidad a los simples, Y a los jóvenes  inteligencia y cordura.
 5 Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo,
 6 Para entender proverbio y declaración, Palabras de sabios, y sus dichos profundos.
 7 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
 8 Oye, hijo mío, la doctrina de tu padre, Y no desprecies la dirección de tu madre:
 9 Porque adorno de gracia serán á tu cabeza, Y collares á tu cuello.
10 Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, No consientas.
11 Si dijeren: Ven con nosotros, Pongamos asechanzas á la sangre, Acechemos sin motivo al inocente;
 12 Los tragaremos vivos como el sepulcro, Y enteros, como los que caen en sima;
 13 Hallaremos riquezas de todas suertes, Henchiremos nuestras casas de despojos;
 14 Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una bolsa:
 15 Hijo mío, no andes en camino con ellos; Aparta tu pie de sus veredas:
 16 Porque sus pies correrán al mal, E irán presurosos á derramar sangre.
 17 Porque en vano se tenderá la red Ante los ojos de toda ave;
 18 Mas ellos á su propia sangre ponen asechanzas, Y á sus almas tienden lazo.
 19 Tales son las sendas de todo el que es dado á la codicia, La cual prenderá el alma de sus poseedores.
 20 La sabiduría clama de fuera, Da su voz en las plazas:
 21 Clama en los principales lugares de concurso; En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones:
 22 ¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia?
 23 Volveos á mi reprensión: He aquí yo os derramaré mi espíritu, Y os haré saber mis palabras.
 24 Por cuanto llamé, y no quisisteis: Extendí mi mano, y no hubo quien escuchase;
 25 Antes desechasteis todo consejo mío, Y mi reprensión no quisisteis:
 26 También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis;
 27 Cuando viniere como una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y angustia.
 28 Entonces me llamarán, y no responderé; Buscarme han de mañana, y no me hallarán:
 29 Por cuanto aborrecieron la sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová,
 30 Ni quisieron mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía:
 31 Comerán pues del fruto de su camino, Y se hartarán de sus consejos.
 32 Porque el reposo de los ignorantes los matará, Y la prosperidad de los necios los echará á perder.
 33 Más el que me oyere, habitará confiadamente, Y vivirá reposado, sin temor de mal.

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